Comprando sillones

Cuando nos mudamos a Londres, la primera casa que rentamos incluía una sala blanca que nos gustaba mucho, así que nunca nos preocupamos  por encontrar sillones propios, pero cuando nos mudamos de nuevo en agosto, nos quedamos sin sala y tuvimos que empezar a buscar sillones nuevos.

Probablemente recorrimos 7,392 tiendas de muebles, desde las más fresas hasta las más alternativas. Nuestra idea original era comprar dos sillones de piel que nos duraran toda la vida. Por supuesto que encontramos nuestros sillones ideales, pero se nos olvidaba que estamos en Londres, donde todas las cosas son absurdamente caras y nosotros no somos  millonarios...

Así que buscamos y buscamos durante casi tres meses y no encontrábamos nada! Al final decidimos no comprar sillones de piel, y escogimos unos confiables y bonitos pero no-tan-caros sillones de Ikea.

Llegamos a Ikea un sábado a la 1pm , con toda la intención de solo ir por los sillones y regresar a la casa, pero a las 5 pm seguíamos en la tienda. No porque yo me hubiera tardado mucho en escoger, sino porque había una fila enooorme para pagar, luego tuvieron que verificar uno de los precios que estaba mal durante 40 minutos y luego se tardaron casi dos horas en entregarnos los sillones!

Y cuando por fin nos los entregaron, casi nos da un ataque! Eran 4 cajas GIGANTES y pesadas... y no teníamos idea de cómo las íbamos a arrastrar a la casa. Generalmente, cuando vamos a Ikea, siempre hay polacos que te ofrecen llevarte en sus camionetas tan pronto sales de la tienda, pero esta vez no había ni uno. Y nosotros con 4 cajotas (y otras cosita que tuve que aprovechar para comprar).

Al final Adam se metió a Internet y consiguió que una van fuera por nosotros, pero por supuesto el tipo tarde casi una hora en llegar, mientras lo esperábamos en el estacionamiento (en el invierno! con las cajas gigantes!). Después de mucho arrastrar y subir y bajar por el elevador, logramos llegar a la casa con los sillones y el Güero de inmediato se puso a armarlos.

 Y este fue el resultado final:

Como verán, en esta foto todavía falta una mesita de café que quede bien con el espacio. Ya compramos una, pero les contaré esa historia después...