Al final, al parecer el conductor no tuvo nada grave, y al poco tiempo una ambulancia se lo llevó a él y una grúa se llevó su coche.
El único rastro que quedó del episodio fue la cabina telefónica, que terminó toda chueca y chocada. La cabina estuvo así durante tres (TRES!) semanas sin que nadie hiciera nada con ella, solita y a la intemperie. La verdad tampoco es que fuera una gran perdida, nunca vimos a nadie usarla...
Y de repente un bien día, llegaron dos grandes camionetas con luces y toda la cosa a poner conos y acordonar la mitad de la calle, como si hubiera una gran emergencia!
Estuvieron trabajando en el área durante más 2 horas y cuando se fueron, dejaron la caseta tal cual estaba PERO el resultado de su arduo trabajo fue que acordonaron la zona! No solo la cabina sino también el área que la rodea, y hasta un poste cercano. No vaya a ser que alguien quisiera usar la caseta y no se diera cuenta que estaba rota. Así quedó la caseta acordonada como otra semana más:
Y luego llegó otra camioneta, que de nuevo volvió a cerrar la mitad de la calle con sus conos y estuvo un buen rato trabajando. Después apareció un gran camión con una grúa integrada, levantó la cabina y se la llevó (no hay foto de la grúa, pero imaginense el show con luces y muchos conos).
Después de que se llevaron a la pobre cabina, volvieron a acordonar el área!
Y ahí termina la historia... después de casi dos meses, mucha gente trabajando, camionetas llendo y viniendo y miles de metros de cinta usada, llegó otro equipo a cubrir el hoyo que había quedado y ahora ya no hay evidencia de la existencia de la pobre caseta de teléfono.
(Y los iPhones del mundo se ríen malévolamente ante la extinción de las cabinas!)
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