Oct 14, 2013

Saludos desde el más acá

Hace mucho que no actualizo, porque las últimas semanas estuve medio enferma y se juntó con el inicio de mi maestría (¿no les he contado? Estoy empezando una maestría en migración global!). En fin, disculpas por tener este changarro tan poco atendido, pero ya casi estoy 100% recuperada y estoy de regreso.

Lo bueno, es que ahora tengo mucho que contarles sobre la experiencia en los hospitales ingleses. Terminé en un hospital público un par de días porque aquí los hospitales privados son muy pocos y no son buenos para atender casos serios… es decir, son bonitos pero no sirven de mucho. De hecho, hay un solo hospital privado que recibe emergencias en todo Londres, ¿a poco eso no es muy raro?

Los públicos pertenecen al NHS (National Health Service), son muy buenos y gratuitos, pero en algunas cosas se parecen al IMSS o al ISSSTE, sobre todo en lo que tiene que ver con atención a pacientes. Y aunque no lo crean, la comida es peor. Véanlo así: la comida inglesa en general es malona (con poca sazón) en comparación a la mexicana, y la comida en el hospital era 100 mil veces más desabrida. Adam dice que las croquetas de nuestros perros en México sabían mejor que lo que me intentaban dar de comer. Sobreviví porque no son nada estrictos con la comida –gran diferencia con México- y te dejan comer lo que quieras, así que Adam me llevaba provisiones todo el día: jugo y fruta en la mañana, brownie y hasta una hamburguesa. (mi amor, si estás leyendo esto: gracias por alimentarme!) Lo único que comía del hospital eran cosas que no podían arruinar, como un plátano o una papa con mantequilla y queso.


Todos los "cuartos" son salas grandes para 4 personas. Pasé por distintas áreas, así que estoy casi segura que mi descripción aplica para todo el hospital. Hay cortinitas de tela-papel para separar cada cama, que cierran cuando el doctor te va a revisar, pero en general estás rodeado de otras personas enfermas.  A mi me tocó a lado una viejita medio gruñis que se llamaba Carol. La pobre de Carol no se podía ir a su casa porque una regla del hospital es que te tiene que recoger un familiar/amigo que se haga responsable de ti (en su caso, que la inyectara) y ella no conseguía a ningún amigo que pudiera pasar por ella. Pero era buena onda, hasta me regaló un par de revistas de chismes (como Tv Notas inglesas jajaja)


Una de las cosas más chistosas es que cada cama tiene una televisión colgada a un brazo que se mueve de un lado a otro. Es una pantallita como de avión, pero usarla te cuesta 10 libras diarias (200 pesos). Es lo único que te cobran, pero está muy raro que tengas que sacar tu tarjeta de crédito si quieres ver tele, escuchar radio o hablar por teléfono (es multifuncional!).

Aquí se alcanzan a ver los precios de la TV:


Afortunadamente salimos pronto, pero ya no supe qué pasó con la pobre de Carol.

Saludos,

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