Feb 21, 2013

Sobre mi amor a Amazon. Y también a las lavadoras-secadoras


¡Miren lo que compré hoy! Una secadora de pelo:


Cuando nos mudamos para acá, tuvimos que dejar la mayoría de los aparatos que se enchufan a la corriente por el cambio de voltaje. Lo único que sobrevivió a la mudanza fueron las computadoras y los celulares que afortunadamente tenían voltaje doble, pero casi todo lo demás lo vendimos o se quedó en México.

Tuvimos que dejar cosas fundamentales como la TV y mi amada lavadora-secadora (que para mí es uno de los mejores inventos de este siglo: metes la ropa sucia y la sacas seca y suavecita!), y también cosas que no son vitales pero que facilitan la vida diaria como  una cafetera, tostadora o la plancha.

Poco a poco hemos ido re-equipando nuestra casa. Algunas cosas nos las han regalado o heredado amigos que se van de RU, como la tostadora y la plancha. Algún día nosotros heredaremos todas estas cosas a alguien que vaya llegando para acá. Es como una cadena de apoyo a mexicanos desamaparados.

Otras cosas de primera necesidad las tuvimos que comprar tan pronto llegamos, como mi alaciadora de pelo. La verdad la que compré tiene un diseño tan naco, que me daría pena enseñarles una foto, pero como seguramente a nadie le gustaba, estaba de oferta y a mí me urgía llegar peinada a la oficina, así que la compré de todos modos.

Casi todo lo demás, lo hemos comprado en Amazon. Confieso que ahora amo a Amazon porque es práctico, barato y confiable. Buscas las cosas por Internet, las encuentras a buen precio y casi siempre te las entregan a domicilio al día siguiente. Sin coche es super cómodo no tener que ir a una tienda y regresar cargando paquetes a tu casa.

Por ejemplo ayer en la tarde me puse a ver secadoras de pelo, encontré una de marca que me gusta y con botón para aire frío. Además estaba de rebaja, así que la ordené y hoy en la mañana que llegué a la oficina, ya me estaba esperando mi secadora nueva dentro de la típica caja de Amazon. 


Gracias a Amazon también tenemos TV, cafetera y varias cosas más. Ah y hace poco convencimos a nuestro casero que nos cambiara la apestosa lavadora que teníamos por una lavadora-secadora y ahora soy muy feliz. Puede ser que para lograrlo haya tenido que amenzar con llamar a la policía, pero esa es una historia que les contaré en algún otro momento...

Saludos!

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