¡Miren lo que compré hoy! Una secadora de pelo:
Cuando nos mudamos para acá, tuvimos que dejar
la mayoría de los aparatos que se enchufan a la corriente por el cambio de
voltaje. Lo único que sobrevivió a la mudanza fueron las computadoras y los
celulares que afortunadamente tenían voltaje doble, pero casi todo lo demás lo
vendimos o se quedó en México.
Tuvimos que dejar cosas fundamentales como la
TV y mi amada lavadora-secadora (que para mí es uno de los mejores inventos de
este siglo: metes la ropa sucia y la sacas seca y suavecita!), y también cosas que no son vitales pero que facilitan la vida
diaria como una cafetera, tostadora o la plancha.
Poco a poco hemos ido re-equipando nuestra casa.
Algunas cosas nos las han regalado o heredado amigos que se van de RU, como la tostadora y la plancha. Algún día nosotros heredaremos todas estas cosas a alguien que vaya llegando para acá. Es como una cadena de apoyo a mexicanos desamaparados.
Otras cosas de primera necesidad las tuvimos
que comprar tan pronto llegamos, como mi alaciadora de pelo. La verdad la que
compré tiene un diseño tan naco, que me daría pena enseñarles una foto, pero
como seguramente a nadie le gustaba, estaba de oferta y a mí me urgía
llegar peinada a la oficina, así que la compré de todos modos.
Casi todo lo demás, lo hemos comprado en
Amazon. Confieso que ahora amo a Amazon porque es práctico, barato y confiable.
Buscas las cosas por Internet, las encuentras a buen precio y casi siempre te
las entregan a domicilio al día siguiente. Sin coche es super cómodo no tener
que ir a una tienda y regresar cargando paquetes a tu casa.
Por ejemplo ayer en la tarde me puse a ver
secadoras de pelo, encontré una de marca que me gusta y con botón para aire
frío. Además estaba de rebaja, así que la ordené y hoy en la mañana que llegué
a la oficina, ya me estaba esperando mi secadora nueva dentro de la típica caja
de Amazon.
Gracias a Amazon también tenemos TV, cafetera y varias cosas más. Ah y hace poco convencimos a nuestro casero que nos cambiara la apestosa lavadora que teníamos por una lavadora-secadora y ahora soy muy feliz. Puede ser que para lograrlo haya tenido que amenzar con llamar a la policía, pero esa es una historia que les contaré en algún otro momento...
Saludos!
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