Mi
abuela murió la semana pasada. Se fue como a todos nos gustaría irnos: después
de disfrutar la vida, tranquila, en su propia cama y rodeada de sus hijos.
Obviamente
toda la familia ha estado muy triste y para mí ha sido difícil estar lejos,
pero en lugar de tristear, quiero celebrar la vida de mi abuela con este post, porque
fue una gran mujer y tuvo una vida admirable.
La
abuela se llamaba Lola y se casó ‘grande’ para sus tiempos. Según los recortes
de periódico de la época, mis abuelos “recibieron la bendición nupcial en el
Templo de Santa Teresita del Niño Jesús” y la novia portaba un “modelo
confeccionado de fina seda color perla, vaporoso velo y hermoso bouquet”. Los
periódicos también reportan que los novios se fueron de luna de miel a La
Habana, Cuba. (que risa la redacción de las notas de sociales!)
Como
pueden ver, era super guapa y tuvo 5 hijos (CINCO!), 1 mujer y luego 4 hombres,
incluyendo a mi papá. El abuelo trabajaba para PEMEX y la familia se mudaba
mucho… no me imagino como sobrevivió con tanta mudanza y criando a puro hijo
revoltoso.
Al
final, al parecer el abuelo no salió buen marido y mi abuela se divorció. En el
México de los 60’s pocas mujeres se separaban, era un escándalo. Mi abuela lo
hizo y se mudó a la Ciudad de México con todos sus hijos. Si cuidar a 5
chamacos me parece difícil, terminar de criarlos sola y mientras trabajaba, se
me hace un acto heroico.
No
estuvo completamente sola, sus dos hermanas la apoyaron. Por eso yo no tengo
una abuela, tuve la gran fortuna de tener tres grandes abuelas (4, contando a
Sol, mi abuela materna). Si creen que una abuela te puede consentir, no saben
lo divertido que puede ser tu niñez con cuatro abuelas!!
Las tres hermanas
La
abuela Lola tenía muy buen gusto y ya en el DF puso una tienda de regalos que
tuvo mucho éxito. Era una tienda elegante, donde las señoras compraban regalos
para bodas y eventos importantes. Dicen que varias veces compraron ahí regalos
para el Presidente en turno.
Uno
pensaría que con el trabajo y la familia, la abuela tenía el plato lleno, pero
no. Además leía mucho y tuvo tiempo para viajar y conocer muchos lugares del mundo. Seguramente de
ella heredé mi amor por ambas cosas: los libros y los viajes. También el encantaba el fútbol, obviamente le iba a las Chivas. Además tejía, me
acuerdo que movía súper rápido las agujas mientras unía largas filitas de estambre que terminaban siendo chambritas, gorros y bufandas.
La
abuela Lola fue una gran mujer y para mí fue una gran abuela. Mi niñez esta
llena de recuerdos en su casa: desayunando con la familia los domingos,
comiendo calabaza en tacha (a nadie le quedaba tan rica como a ella!), jugando
a disfrazarme con sus mascadas o durmiendo en su casa los fines de semana. Las
Navidades en su casa era eventos mágicos y siempre había un arbolito de navidad
hecho de madera con velitas y figuritas de colores.
Era
una mujer inteligente y fuerte. Lo que más odió la abuela de hacerse vieja, fue
ir perdiendo movilidad e independencia. Realmente espero que donde esté, ahora pueda
moverse de nuevo con facilidad, leer sin cansarse y no depender de nadie.
Aquí están las tres abuelas de nuevo, mucho más grandes, el día d mi boda.
Adiós
abuela, no te vas por completo porque hay miles de cosas tuyas que seguirán viviendo en todos tus hijos y nietos, incluyéndome a mí, que espero vivir la
vida con tanto valor, elegancia y fortaleza como tú.



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Abrazos solidarios Eve. Celebro la vida constructiva de tu abuela. Lamento su partida.
ReplyDeleteMuchas gracias Helen! Lo aprecio mucho
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