El primer día tomamos un walking tour por el centro de Edimburgo. Hacía mucho frío, pero creo que valió la pena. Nos enteramos de muchas anécdotas y entendimos mejor la historia del lugar.
Vimos jirafas callejeras y fachadas antiguas:
Conocimos el cafecito donde se empezó a escribir Harry Potter:
Aprendimos que los escoceses construían las escaleras sin un escalón como medida de seguridad contra ladrones, como se puede ver en la foto de abajo:
Fíjense bien en el tercer no-escalón
El segundo día visitamos el Castillo de la ciudad, que está precioso. Hay una capilla muy chiquita del siglo 11 y ahí se pueden ver las joyas de la corona escocesa, incluyendo una piedra mágica, que se ve muy normal pero ha causado muchos conflictos con los ingleses. También nos tomamos tradicional afternoon tea.
Comimos mucho:
Y descubrimos que las libras en Esocia tienen una impresión distinta, aunque tecnicamente son la misma moneda que en Inglaterra:
Fue un buen viaje, aunque muy cansado.
Saludos,
Eve
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