Adam y yo somos orgullosamente un par de flojos los fines de
semana. Al menos intentamos serlo lo más posible.
Nuestra domingo ideal, es levantarnos muy tarde, preparar
un graaaan desayuno y comerlo en la cama mientras vemos televisión. El desayuno
tiene que ser sabroso, poco dietético y llenador, por ejemplo hot cakes con
jamón y queso, huevos rancheros con tortillita, molletes con pico de gallo o
algo igual de delicioso.
Idealmente en un día así hay que ver una serie en dvd o en
Internet, para que puedas ver muchos capítulos sin interrupciones. Así hemos
visto temporadas enteras de Dr. House, Lost, NCIS, Person of Interest y nuestra
última favorita: How I met your mother (apenas vamos en la segunda temporada). A
lo largo del día puede haber pequeñas pausas para conseguir más comida, incluso
para salir a comer o pedir que te traigan comida a la casa, pero eso es todo lo
que haces en un domingo perfecto.
En un día así no tienes planes con amigos, ni visitas
familiares, no tienes que ir al super, ni a recoger la tinto, no tienes
absolutamente ninguna obligación y ni siquiera tienes porque quitarte la
pijama, es más preferentemente no te quitas la pijama.
Eso es felicidad.
¿Y si hace un frío de los mil demonios afuera y la calefacción está prendida? Es lo más cercano al paraíso que uno pueda estar (excluyendo la playa, obviamente). Aún más si el día anterior llegaste muy tarde a la casa y llovía a cántaros.
No es algo sencillo de lograr, al principio a Adam le
producía mucha culpa desperdiciar un día entero, dedicándolo a no hacer
absolutamente nada. Me tomó años de entrenamiento lograr que se relajara y lo
disfrutara por completo, pero creo que ahora el estudiante ha superado a la
maestra.
Ojalá su domingo haya sido así de bueno,
Eve


¡Qué rico!
ReplyDeleteYo también me sentía culpable de "desperdiciar" la vida, ahora amooooo los días en los que me apapacho, besos
Son los mejores días!! Abrazo G!
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