Los jeans rotos

Ayer tuvimos un evento de Día de muertos en la residencia del Embajador. Este tipo de eventos son tan formales como  los pintan: el Embajador te recibe en la puerta, hay una persona que toma tu abrigo y luego entras al gran salón donde hay meseros con canapés, luz a media vela, etc.

Yo soy ñoña y me arreglé elegantemente para la ocasión. Traía una faldita con mayas negras y una botas nuevas que compré con tacón. Los que me conocen bien saben que o-d-i-o los tacones, que solo uso para bodas y similares, así que podrán imaginar que realmente me esforcé.

Al evento estabamos invitadas con nuestras parejas, así que quedé de ver a Adam fuera de la Embajada para irnos juntos a la residencia. Cuando ya íbamos en camino en el bus, caí en cuenta que él venía de jeans, pero ya era demasiado tarde para regresar a cambiarse...Además, no era cualquier par de jeans, era uno de esos pares viejos que no me deja tirar, aunque ya hasta rotos están de tantas lavadas.

Y lo peor no fue eso! De último momento llegó al evento la Jefa mayor (la jefa de la jefa de mi Embajador, que estaba de visita en Londres) para ver las ofrendas y saludar. Y obviamente saludó a Adam, y a sus jeans rotos...

No taaan rotos como estos, pero casi

Así que si nunca llego a ser Embajadora, ya saben culpa de quien fue.