Llevamos casi un mes en la isla, y una
de las cosas que más nos llaman la atención es que somos completamente
distintos. Nuestra manera de ser, la forma en que nos relacionamos, e
interactuamos con el mundo es completamente diferente.
En México estamos acostumbrados al
contacto humano, a hablar mucho, incluso a saludarnos en la calle (a veces).
Aquí no; en la Isla todo se puede hacer por internet, por teléfono, con cajeros
automáticos, incluso por correo… sí, maldito correo. (Nota de Eve- The bloody Royal Mail!)
La verdad es que al correo sigo sin
tenerle demasiada fé, nuestras tarjetas de crédito siguen viajando en alguna parte, y mientras tanto, no
hay gran cosa que nosotros podamos hacer, o consultar. Lo que si llegó ayer fue
el NIP de mi tarjeta de débito, por lo que fuimos al banco para activarla, y
cambiar el número. El banco no tiene cajas con seres humanos, sólo unos 8 o 10
cajeros automáticos muy especializados en su labor: hay unos para consultar
saldos, otros para pagar servicios, otros para retirar dinero, otros para hacer
traspasos, otros para depositar dinero, etc. Al primero que llegamos metimos la
tarjeta, luego el NIP y luego esperamos que saliera el menú de opciones, pero
no, aquí no funciona así. Aquí hay un cajero para cada cosa. Como era de
esperar recorrimos unos 4 antes de dar con el indicado. La neta yo si prefiero
llegar con un cajero, y salir del banco con mi recibo, con sello y garabato, me
hace sentir más seguro.
Ah! Otra diferencia, es la duración de
las conversaciones telefónicas, aquí la más larga que he tenido no llego a 45
segundos, y las que me ha tocado escuchar son iguales, como telegramas y punto.
La gente te está intentando colgar desde que descuelga, así que tienes que decir todo lo que tienes en la cabeza rápidamente y de preferencia sin respirar!
Saludos,
Adam
Ingleses! Poe eso nos aman, por buena onda y platicadores! Técnica 3:
ReplyDelete