May 22, 2013

Regreso accidentado


El domingo por la tarde por fin regresamos a Londres. El viaje a México estuvo increíble, mucho sol, muchos amigos, mucha comida. Todo bien, pero sobre todo estuvo cansado. El regreso estuvo también muy bien (aunque nos tocó otro niño llorón, nos persiguen!)

Cuando volamos a México tenía el sentimiento de estar regresando a “casa” y pensé que cuando regresáramos a Londres iba a sentir que llegaba de nuevo a lo desconocido, pero no, también se sintió como regresar un poquito a casa. Raro, pero me supongo que para mí, la casa es el lugar donde está mi familia, y mi familia está dividida: Adam y yo vivimos aquí, mis perros viven en México, por lo tanto, las dos lugares se sienten como casa.

Ver a Chema y Camila fue lo mejor del viaje; despedirnos de ellos, la peor parte. Hasta nos llevamos a los perros a la playa, y resulta que ha Camila le encantó la hamaca:


En fin, el vuelo de regreso estuvo bien, pero después de eso, nos ha pasado de todo. Primero, la línea de metro que nos lleva directamente del aeropuerto a la casa estaba cerrada... muy molesto. Lo bueno es que, a diferencia de la primera vez que llegamos cuando estábamos completamente desubicados, esta vez ya nos sabíamos todos los trucos, teníamos celulares, pases de metro, etc y no fue una tragedia.

La tragedia fue que el Güero se enfermó de la panza tan pronto llegamos y el pobre pasó 3 días tirado en la cama. Pocas veces lo había visto tan fregado.

Y luego yo ayer me caí mientras corría (no sé porque se sorprenden si ya sabemos todos que soy torpe). Me raspé la palma de la mano y el codo, y la rodilla derecha, y la rodilla izquierda. Puede ser que también tenga un par de moretones. Calamidad.

Pero bueno, ya estamos de regreso reportando por aquí.

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