Tarjetas navideñas (o del 14 de febrero)

Ayer que les estaba escribiendo sobre el Royal Mail, se me ocurrió otra cosa interesante que contarles: el fenómeno de las tarjetas navideñas. Aquí t-o-d-o el mundo intercambia tarjetas navideñas. En las tiendas y supers las venden por montones, con todos los diseños y colores imaginables. Este año yo recibí más tarjetas, que las que me habían dado en toda mi vida. (y no solo la de UNICEF me llegó por correo!)

Algunas las puse en mi oficina:

Y otras en la casa: 

Esta no es la mejor foto para apreciarlas, pero es la única que tengo donde aparecen y ya desmontamos la decoración Navideña, así que es todo lo que puedo ofrecerles.

La mayoría de las personas en Reino Unido compran varios paquetes, y las mandan por correo a todos sus amigos y familiares (aunque vivan a 3 cuadras de su casa). Ir al correo se vuelve de flojera porque las filas son más largas y la mayoría de los clientes llevan bolsas gigantes llenas de sobres para enviar a todos sus conocidos!

Obviamente, yo decidí unirme a las filas de “enviadores de tarjetas navideñas” y compré varios paquetes de tarjetas para todos los conocidos en Reino Unido, incluyendo mis compañeros de trabajo. Resulta que solo hay un número determinado de maneras en las que uno puede desear “Feliz Navidad  y Próspero Año Nuevo” a personas que conoce poco y después de un rato te duele la mano… Eso no me pasaba desde que tomaba apuntes durante horas en la escuela!

En fin, hasta mandamos algunas tarjetas a México, las mandamos por correo prioritario y cruzamos los dedos con la esperanza de que llegaran a tiempo (las mandamos con varias semanas de anticipación). Obviamente nadie en México las ha recibido. ¿Polonia, Suecia y Canadá? Todas llegaron, aunque las mandamos por el correo más lento, pero las cartas para México siguen flotando en algún cajón del chafa correo postal nacional. Tal vez les lleguen para el 14 de febrero, en ese caso por favor imaginen que la corona es un corazón y las esferas son querubines.

*Me disculpo porque solo mandamos tarjetas a las direcciones que sabíamos de memoria,  que obviamente son las de nuestros padres y abuelos… ooops, los demás pueden pretender que el correo perdió las suyas?!?! Y prometo que durante este año, recolectaré sus direcciones para mandarles el próximo año! Es más, las mandaré desde agosto para que les lleguen a tiempo!

Besos,

Eve