Nov 13, 2012

Las hojas de otroño


Lo que más me gusta del otoño es que las hojas de los árboles adquieren colores espectaculares, pero lo más divertido del mundo es que después se caen y están listas para ser pisadas!




“Crunch, crunch, crunch” ir pisando las hojas mientras caminas y sentirlas crujir es de esos placeres chiquitos pero muy gratificantes. 

Y en este país sobran las hojas de los árboles! A tal grado que hay camiones especiales del gobierno que se dedican a recogerlas para que no atasquen las alcantarillas, porque se generan kilos y kilos de hojas.  Por eso, cuando se empezaron a caer, yo era la más emocionada.


Ya me saboreaba las cientos de hojas que iba a poder aplastar mientras caminaba por las calles inglesas, crunch-crunch de camino al trabajo y crunch-crunch de regreso a la casa. Pero se me olvidaba un factor importante: en este país llueve… no caen grandes aguacerazos, pero chispea constantemente, lo que obviamente moja las hojas.


¿Pisar una gran masa de hojas mojadas? Nada divertido, más bien resbaladizo y molesto.

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